Encontré
Maus gracias a, entre otros, este precioso álbum ilustrado. Nunca había abordado este tipo de libros en los que texto e imagen son tan dependientes uno de otro, fue gracias a una de las tareas que tuve que realizar para un curso en el que me inscribí hace unos meses, y ha sido todo un descubrimiento. A pesar de estar orientados, en general, para un público infantil (mayoritariamente prelector) la combinación de ambos elementos (texto e ilustración) es todo un arte al que me ha encantado acercarme. Lo recomendaría a cualquiera, niños y grandes, pues sigo creyendo que la belleza y la capacidad de emocionarse no tienen una edad concreta. Este precioso relato es, a diferencia de
Maus, perfecto para leer en un soleado día, preferiblemente en una posición en la que la luz incida directamente sobre sus páginas y sus evocadores colores.
No te vayas… nos muestra la historia de Catalina, una niña a la que no le gusta despedirse nunca: ni del sol, ni del invierno, ni de su globo, ni de su diente, ni de la espuma de su bañera, ni de su triciclo, ni del autobús, y mucho menos de su papá por las noches. Sin embargo, este álbum ilustrado nos enseña (a todos, no solo a los niños) que a veces debemos decirle adiós a las cosas para hallar después otras tan buenas, ¡o incluso mejores!