All children, except one, grow up.
¿Quién es ese niño? Todo el mundo conoce la respuesta. Todo el mundo
conoce esta famosa frase. Con poco más de un siglo de vida, Peter Pan ha pasado
a formar parte del imaginario colectivo, se ha convertido en el símbolo de la
eterna juventud y ha conseguido relegar a su autor a un plano casi inexistente.
¿Por qué? ¿Cómo consiguió James Barrie que su niño inmortal efectivamente lo
fuera? En las siguientes líneas trataré de analizar los resortes míticos de la
composición del escoces, así como elaborar un corpus de obras clave que han
contribuido a la cimentación de la idea que hoy tenemos de Peter Pan.
Juego de reescrituras, adaptaciones y
versiones
Se ha especulado mucho sobre el nacimiento literario de Peter Pan: han
corrido ríos de tina (y hasta una película) sobre la relación de James Barrie
con los niños Llewelin Davies, se ha asociado la creación del niño eterno con
la prematura muerte del hermano de Barrie y los problemas que de éste trágico
suceso derivaron con su madre, e, incluso, cierta parte de la crítica ha sacado
a colación la supuesta homosexualidad de Barrie. Pero, al margen de las
cuestiones personales que impulsaran al dramaturgo a crear a Peter, el hecho es
que éste aparece por primera vez en 1902, como una de las historias de The Little White Bird (El pajarito blanco), en “Peter Pan en
los Jardines de Kensington”.
En esta primera versión, Peter es un bebé de tan solo una semana que,
gracias a que aún recuerda su vida como pájaro, sale volando por la ventana y
se escapa a los Jardines de Kensington. Betwixt-and-Between.
Al llegar a la isla del lago Serpentina, el lugar en el que nacen los pájaros que luego se convertirán en niños y niñas, el pájaro supremo Solomon Caw le hace ver que ya no es un pájaro y Peter, al dejar de creer en ello, pierde la capacidad de volar y, con ella, la posibilidad de salir de la isla. Allí permanecerá durante mucho tiempo, mitad niño mitad pájaro:
Al llegar a la isla del lago Serpentina, el lugar en el que nacen los pájaros que luego se convertirán en niños y niñas, el pájaro supremo Solomon Caw le hace ver que ya no es un pájaro y Peter, al dejar de creer en ello, pierde la capacidad de volar y, con ella, la posibilidad de salir de la isla. Allí permanecerá durante mucho tiempo, mitad niño mitad pájaro:
Poco a poco, los pájaros se
acostumbran a su presencia y construyen para él un nido-barca con el que puede
explorar los Jardines de Kensington. Allí, vagabundeando, conoce a las hadas
que le concederán dos deseos que él, como no, emplea para recuperar la
capacidad de volar y así poder regresar a su casa. A diferencia de lo que él
mismo contará más adelante, al volver, encuentra la ventana abierta pero no se
decide a entrar, no se ha despedido de nadie y además aún tiene un deseo que
pedir, por lo que regresa a los Jardines sin intuir que no tendrá, de nuevo,
esa oportunidad. Cuando vuelve por segunda vez, su ventana está cerrada, hay
barrotes de hierro y su madre abraza a otro niño. Su destino es no crecer y
permanecer en los jardines, entre los pájaros y las hadas, mitad humano mitad
pájaro. Así conocerá a Maimie Mannering, una niña de cuatro años que se queda
una noche en los jardines y le cuenta las historias que ha oído sobre él. Se
sabe todo excepto que trató de volver a su casa y no pudo, así su tragedia
personal no trasciende. Peter le pide a Maimie que se case con él, intenta
engañarla para que se quede, sin embargo ella decide regresar con su madre.
Este bebé no es el que ha
llegado hasta nuestros días. Evoluciona en la mente de Barrie y crece hasta la
preadolescencia. Con él, su mundo se expande y se convierte en Neverland, la tierra en la que el tiempo
no pasa porque se lo ha tragado un cocodrilo.
El 27 de diciembre de 1904
se estrena en el Teatro Duque de York de Londres Peter Pan or the Boy Who Would Not Grow Up. Aun así, el personaje
no queda fijado: comenzó a perfilarse en 1903 en las Fairy Notes, se concretó en sus primeras versiones teatrales como Anon: a Play (1904), pasó a convertirse
en novela con Peter y Wendy, ya en
1911; y mientras tanto, Barrie se negaba a fijar la obra teatral que reescribió
y remodeló incansablemente hasta 1928.
Tras la publicación de la
novela y con el rotundo éxito de taquilla de la obra de teatro, comienzan a
proliferar múltiples versiones y reinterpretaciones de lo que ya comienza a ser
el mito de Peter Pan, como por ejemplo Peter
Pan Keepsake de Daniel S. O’Connor (1907) o J.M. Barrie’s Peter Pan & Wendy. Retold by May Byron
for Boys and Girls,
de May Byron (1915).
Versiones y reescrituras
que atraviesan todo el siglo XX y llegan hasta el XXI con la fuerza de un mito
muy vivo y en constante revisión, como demuestran los siguientes ejemplos: Después de la lluvia: una nueva aventura
para Peter Pan, de J. E. Somma (2001); Peter
y los cazadores de estrellas, de Dave Barry y Ridley Pearson (2004); la
secuela oficial, Peter Pan de Rojo
Escarlata, de Geraldine McCaughrean (2004); La traición de Wendy, de José Alberto Arias (2010); El regreso de Peter Pan,de Vicente Muñoz
Puelles (2011); o La verdadera historia
del Capitán Garfio, de Pierdomenico Baccalario (2012).
En el cine también han
aparecido un sinfín de adaptaciones, la primera en 1924, una película de cine mundo de Herbert Brenon. Posteriormente, una lista amplísima, desde el afamado Peter Pan de la factoría Disney (1953) que fijó para siempre la
imagen del niño eterno, hasta la historia de la relación entre Barrie y los
Llewelyn Davies con Finding Neverland
(2004); pasando por el desatino de Spilberg con Hook (1991) o una de las más fieles versiones, de la productora
Universal, Peter Pan, la gran aventura
(2003).
Por último, una de las
mejores revisiones que se han hecho de la historia ha sido el comic del francés
Loisel quien, manteniéndose fiel al espíritu de Peter Pan, ha sabido encontrar
una precuela que encaja a la perfección con la creación mítica del personaje. Este
cómic merece un lugar de privilegio en el estudio del proceso de construcción
del personaje ya que da respuestas plausibles a incógnitas planteadas por
Barrie y cierra el círculo mítico en el que se mueve Peter Pan. En la creación
del mito debe atribuírsele al autor ciertos privilegios, pero no es solo suyo
el mérito ya que Peter Pan, ha ido creciendo, fomentando ciertas facetas y
desechando otras, según la imaginación de quién lo reconstruyera. En el
imaginario colectivo parece haber un único Peter Pan (fundado en su faceta más
benévola por la industria de Hollywood) y, sin embargo, en cada lectura, en
cada versión, en cada reescritura, aparece un nuevo Peter que se adapta al
inconsciente personal de cada lector como si fuera un guante. Ahí radica su
fuerza y su inmortalidad.
Influencias e intertextualidad
La intertextualidad es un
elemento esencial en la creación del mito. Como comentaba al principio, muchos
críticos se han centrado en cuestiones personales de la vida de James Barrie
para “explicar” la creación de la obra más importante de su vida. Sin embargo,
y sin querer quitarles mérito a los niños Llewelyn Davies, son muchos los
elementos de intertextualidad de los que se nutre el mundo creado por el
escocés.
Reducida a líneas
generales, Peter Pan narra la
historia de un niño que solo lo es a medias, que vive con las hadas y secuestra
niños humanos por pura diversión. Resulta bastante sencillo encontrar las
similitudes con las leyendas de los Changelling
o “Niños cambiados”, muy extendidas por todo el Reino Unido. En ellas se cuenta
como las hadas robaban niños y ponían a sus propios hijos en su lugar. En
Escocia, donde nació Barrie, existe un cuento que difiere un poco de estas
historias de terror, “The queen of
elfland’s nourice”, en el que la reina de los elfos roba dos niños pero el
cariño de su madre consigue que, finalmente, le sean devueltos. Parece justo el
tipo de historia que Peter hubiera querido hacer suya, en lo más hondo de su
ser, pero que hubiera despreciado afirmando que las madres no son así, no
salvan a sus hijos, del mismo modo que no los esperan con la ventana abierta.
Pocos años antes de que
Barrie estrenara su obra, Yeats publicaba un poema que trataba éste mismo tema,
“The Stolen Child”. Un fragmento significativo del poema recuerda mucho a la
figura de Peter y su relación con las hadas:
Come away, O human child!
To the waters and the wild
With a faery, hand in hand.
For the world's more full of weeping than you can
understand.
También se pueden establecer paralelismos con dos obras en las que la
sombra de los personajes representa una parte esencial de su existencia. Por
una parte, una de las primeras obras de la literatura fantástica alemana: La maravillosa historia de Peter Schlemihl,
de Adelbert von Chamisso. En ella, un joven vende su sombra a cambio de una
bolsa de oro que no se acaba jamás, pero pronto descubre que la falta se sombra
supone su exclusión de la sociedad. Por otro lado, uno de los cuentos de Oscar
Wilde, “El pescador y su alma”, en el que la sombra de un pescador (su alma),
una vez arrancada de su cuerpo, se pervierte y oscurece hasta llevar a su dueño
a la ruina. La sombra de Peter Pan, aunque él no pueda decir por qué, es una
parte esencial de su ser, le completa y le hace ser quien es, un “mitad y
mitad”. Su sombra es el doppelanger,
su otra mitad.
Existen, además, otras muchas referencias intertextuales, multitud de
guiños a obras previas a la de Barrie: los piratas recuerdan a los de Stevenson, de los que hay citas explícitas; los pieles rojas siguen, en gran medida, la moda instaurada por James Fenimore Cooper con El último Mohicano; Garfio persiguiendo obsesionado a quien le
mutiló, perseguido al mismo tiempo por la bestia que lo devoró, nos remite al
capitán Ahab de Moby Dick; y la reina
Mab, regente de las hadas, nos traslada al Sueño
de una noche de verano de Shakespeare.
Puede que Barrie observara a los chicos Llewelyn Davies mientras escribía
las Fairy Notes, pero jamás habría
podido crear un mito sin todos estos recortes revoloteando en su mente.
La creación de un mito
Autoría y preexistencia
Una de las características principales de los mitos es su anonimia. Podemos
conocer los nombres de aquellos que los han transmitido de forma escrita para
que no se pierdan en el tiempo, pero no conocemos sus orígenes. El caso de
Peter Pan es similar. Prácticamente
desde el inicio de su andadura, la fama del personaje sobrepasó con creces a la
del mismo James Barrie. Hoy en día, todo el mundo conoce al niño eterno, pero
muy pocos son capaces de nombrar a su autor.
Él mismo contribuyó a que esto sucediera, dejando a Peter volar libre,
sin fijar el texto, dejando que otros lo tomaran prestado para sus historias y,
más aún, declarando lo siguiente en su dedicatoria a los cinco, previa al texto
de la obra publicada en 1928: “no tengo recuerdo alguno de haberla escrito […] Cualquiera
de los cinco tiene más derecho a reclamar la autoría que ningún otro, y nunca
me enfrentaría a vosotros por ello.”
Por otra parte, el hecho de contar la historia de Peter como algo que ya
sucedió antes, como un cuento que pasa de generación en generación, como una
leyenda que se ha trasmitido de forma oral y que él únicamente ha recogido por
escrito, contribuye a la mitificación de Peter Pan. No es una creación moderna
sino un cuento de antiquísima tradición, como las hadas o las sirenas con las
que convive.
La influencia del Dios Pan
Los críticos y estudiosos de la obra de Barrie no se ponen de acuerdo en
la filiación del niño que no quiso crecer con Pan, el dios de la mitología
griega. Estudiosos como Patricia Merivale (Pan,
the goat-god) o Hillman (Pan y la
pesadilla) niegan esta relación que, sin embargo, parece tan clara. Son
varios los puntos en los que Peter recuerda a la antigua deidad. Para empezar,
veamos el Himno Homérico a Pan:
Háblame,
Musa, del hijo amado de Hermes, caprípedo, bicorne, amante del bullicio, que
frecuenta los valles poblados de árboles con las ninfas acostumbradas a las
danzas; las cuales pisan las cumbres de escarpadas rocas invocando a Pan, dios
de los pastores, de espléndida cabellera, escuálido, a quien se le adjudicaron
las colinas nevadas, las cumbres de los montes y los senderos pedregosos. Aquél
anda acá y acullá, y unas veces atraviesa espesos matorrales, atraído por las
mansas corrientes, y otras pasa por entre escarpadas rocas y sube a la más alta
cumbre para contemplar sus ovejas. A menudo corre por las altas blanquecinas
montañas; a menudo sigue las laderas y mata fieras que distingue su penetrante
vista; en ocasiones, por la tarde y al volver de la caza, grita y modula con
sus cañas agradable canto: no le superaría en el cantar el ave que,
lamentándose entre las hojas de la florida primavera, emite suavísimo canto.
Entonces las melodiosas ninfas montaraces, acompañándole con pie ligero a la
fuente de aguas profundas, cantan y el eco resuena en torno de la cumbre del
monte; y el dios ora se dirige con pie ligero acá y acullá de los coros, ora
penetra en medio de ellos, llevando una rojiza piel de lince sobre la espalda y
alegrando su corazón con melodiosas canciones en la blanda pradera donde el
azafrán y el jacinto, floridos y olorosos, se mezclan confusamente con la
hierba. Las ninfas celebran a los dioses bienaventurados y al vasto Olimpo: y
así cantan también a Hermes, que sobresale entre los demás; dicen que es el
veloz nuncio de todos los dioses, y cuentan cómo se fue a la Arcadia, rica en
manantiales y madre de ovejas, donde está el bosque sagrado del cilenio. Allí,
a pesar de ser dios, apacentaba ovejas de polvorienta lana en casa de un hombre
mortal, porque ya echaba flor el tierno deseo que le había venido de unirse
amorosamente con una ninfa de hermosas trenzas, hija de Dríope; y consumó al
fin las floridas nupcias; y ella le dio a Hermes, en su casa, un hijo amado que
desde luego se presentó monstruoso a su vista: caprípedo, bicorne, bullicioso,
de dulce sonrisa; y la ninfa se levantó y echó a correr —abandonando al niño la
que debía amamantarlo—, pues le entró miedo al ver aquella faz desagradable y
barbuda. Enseguida el benéfico Hermes lo recibió y tomó en sus brazos, y el
dios se alegró extraordinariamente en su corazón. Y envolviendo al niño en las
tupidas pieles de una liebre montes, encaminóse rápidamente a la mansión de los
inmortales, sentóse junto a Zeus y los demás inmortales y les presentó su hijo:
todos los inmortales se regocijaron en su corazón y más que nadie Dióniso
Baquio, y le llamaron Pan porque a todos les había regocijado el alma. Y así,
salve, oh rey, a quien imploro por medio de este canto; y yo me acordaré de ti
y de otro canto.
Según este texto, Pan fue abandonado por su madre nada más nacer. Si bien
es cierto que, en un primer momento, no es la madre de Peter la que lo abandona
sino él el que se escapa, el hecho de que pasado un tiempo ella haya cerrado la
ventana y, con ella, la posibilidad de que su hijo regrese, es una especie de
abandono. Así al menos lo ve Peter que, desde ese momento, quedará
profundamente marcado por la ruptura que esto supone: la ruptura definitiva con
la realidad.
Por otra parte, el Dios Pan es único en su especie: mitad cabra y mitad
dios. Había otros seres mitológicos híbridos, como centauros o sirenas, pero
eran mezcla de humanos con animales, no de dioses con animales. Pan es, en
cierto sentido, también un mitad y mitad. Para Patricia Merivale, ahí radica su
esencia, en ese desdoblamiento.
A Peter Pan también se le describe como mitad y mitad (en “Peter Pan en
los Jardines de Kengsinton”): mitad pájaro mitad niño. Y más adelante, en su
forma ya adolescente, sigue siendo un ser con dos facetas: mortal e inmortal al
mismo tiempo, luminoso y oscuro.
En el proceso de convertir al dios en el muchacho londinense,
efectivamente, unas cosas se perdieron y otras se ganaron. Uno de los aspectos
más destacados de Pan es la lascivia, lo cual contrasta enormemente con la
asexualidad manifiesta de Peter. Sin embargo, aquí entra en juego otro motivo
literario que ayuda a la fundación del mito moderno: el motivo del doble en la
figura de la sombra, de la que ya se ha hablado y que retomaré más adelante.
Existen otras coincidencias como la cabra que Maimie regala al muchacho en
Peter Pan en los Jardines de Kengsinton,
que alude directamente a una de las dos mitades del dios Pan; la flauta que él
mismo se fabrica a partir de unos juncos y que es uno de los símbolos del dios
griego; o el gañido con el que Peter anuncia su llegada o sus victorias, que
recuerda al grito con el que Pan era capaz de infundir miedo en las huestes
enemigas (de ahí la etimología de “pánico”).
Parece que, en general, la relación entre ambos personajes está bastante
clara. Así lo vio, al menos, Loisel quien, al crear su comic llevó la personalidad
del Dios un poco más allá distinguiendo entre ambos personajes: Peter, el
muchacho recién salido del Londres más dickensiano; y Pan, fauno que habita en
los bosques de Nunca Jamás junto a otros seres mitológicos, protegiendo su
tesoro de los piratas.
Espacio mítico
Otro de los elementos esenciales en la construcción del mito es la
creación de un espacio mítico, en este caso, Neverland.
Nunca Jamás, comenzando por su nombre, tiene varias interpretaciones. ¿Es
el país en el que nunca se crece? ¿La tierra de la que jamás se ha de regresar?
En cualquier caso, se haga la interpretación que se haga, se llega más o menos
siempre a la misma conclusión: es un mundo muerto. Allí no hay evolución
posible, no hay cambio, y sin cambio no puede haber vida sino la ilusión de una
vida. Por eso los niños perdidos juegan a vivir, ése es su juego favorito.
Por otra parte, es un
espacio cerrado, lo cual refuerza la idea de “espacio muerto”. De hecho, sus
habitantes se mueven en círculo por la isla: las fieras persiguen a los pieles
rojas que, a su vez, van tras los piratas quienes andan siempre buscando a los
niños perdidos, los cuales andan en busca de su líder, Peter Pan. En
definitiva, todos giran en torno al niño eterno, que es amo y señor de la isla.
Sin él, ésta no existiría. Cuando él se va, la isla parece dormida.
Otra interpretación plausible es que Neverland
es el espacio mítico de la niñez, un espacio imaginario, o más bien onírico,
que Wendy sueña y cree vivir. Así se describe en un primer momento cuando se
explica que cada niño tiene una isla distinta, con la que sueña por las noches,
y que todas ellas componen Nunca Jamás.
El tiempo es uno de los principales temas de Peter Pan. Desde la primera versión en los Jardines de Kensington,
Peter ya está marcado por el miedo a crecer. Ese es el motivo por el que se
escapa de su casa.
En su siguiente versión se encuentra en un espacio a su medida. En Nunca
Jamás no pasa el tiempo y como consecuencia los niños no crecen, pero tampoco
recuerdan. Viven en un constante presente en el que cada día es igual que el
anterior, aunque las aventuras varíen. El tiempo se lo ha tragado el cocodrilo
que persigue incansable al Capitán Garfio, simbolizando así el miedo patológico
que también padece éste a envejecer. En el caso de Garfio, al haber abandonado ya hace mucho la edad de Peter, se trata, de un modo mucho más cercano del miedo a la muerte. Por ello Garfio huye a un lugar en el que el tiempo no corre, un lugar muerto también. Para escapar de la muerte, hay que renunciar a la vida.
El doble
La naturaleza doble de Peter Pan se refleja en dos direcciones. Por una
parte en su alter ego, el Capitán Garfio, el villano sin el cual las
“heroicidades” de Peter no serían tales. Además Garfio representa todo lo que Peter
odia, aquello de lo que huye: la imagen del hombre adulto. En términos
edípicos, es el padre al que Peter debe matar (de hecho Loisel materializa esta
idea en hecho) y, por si fuera poco, Wendy no solo le odia sino que también se
siente fascinada por él, cumpliendo el papel de madre.
En otro sentido, Peter Pan se divide entre, empleando la terminología de
Jung, persona/sombra. La persona es la máscara que usa Peter en público
mientras que la sombra es su “lado oscuro”. Barrie, al hacer que Peter pierda
su sombra puede estar explicando de manera simbólica la asexualidad del chico.
Epílogo
Nunca Jamás es un mundo sin
cuentos y Peter Pan necesita de la fantasía para “sobrevivir”. Los niños que
rapta aún creen en las hadas, y así permanecen por siempre, “muertos” en Nunca
Jamás. Rapta niños para alimentar la fantasía y que así esta no muera, es el
espíritu mismo de las creencias infantiles. Rapta a Wendy por el mismo motivo,
para alimentar sus propias fantasías. Peter Pan necesita de los cuentos para
vivir… en la fantasía de los niños. Mientras que las historias sigan vivas, el
mito seguirá vivo.
Pincha AQUÍ para ver una presentación.Pervivencia de Peter Pan, entre finales del XX y principios del XXI
1978 -
Rodney Bennett: The lost boys
Documental
escrito por Andrew Birkin. Explora la relación entre Peter Pan, James Barrie y
los Llewelin-Davies.
1987 - Leonid Nechayev: Peter Pan.
Película
(URSS)
1990-2004 – Regis Loisel: Peter Pan
Cómic.
Precuela.
LOISEL COMIC
Adaptación
del cómic por Nicolas
Duval
1991 - Steven Spielberg: Hook
Película.
Secuela.
2002- Disney/animación: Regreso al país
de Nunca Jamás
Película.
Secuela de Peter Pan.
2001 - J. E. Somma: Después de la lluvia: una nueva aventura para Peter Pan
2003 - P. J. Hogan: Peter Pan
Película.
Basada en Peter Pan y Wendy.
2004 – Marc Foster: Descubriendo Nunca
Jamás
Película.
Biografía del autor, James Barrie.
2006 - Geraldine McCaughrean: Peter Pan
de Rojo escarlata
Libro. Secuela
oficial autorizada por el Great Ormond Street Hospital, quienes son los
poseedores de los derechos de los personajes y de la historia original.
2008 –
Disney/animación: Tinker bell
2010 - José Alberto Arias: La traición de Wendy
2011 –
Tales from Neverland / Grimm Fairy Tales
Comic.
2011 - Nick Willing: Neverland
Película
para televisión. Precuela. (1906)
2012 - Pierdomenico Baccalario: La verdadera historia del Capitán Garfio
Novela - Precuela
2013 –
Kellen Moore: East of Kensington
Cortometraje. Secuela.
2015 - Joe Wright: Pan
Película.
Precuela. Segunda Guerra Mundial. Un niño huérfano es secuestrado por unos
piratas y llevado a Nunca Jamás, donde se enterará de que su destino es salvar
esa tierra de los pérfidos planes del pirata Barbanegra.
Bibliografía
Barrie,
James Mathew, Peter Pan, La obra completa,
Madrid, Ediciones Neverland, 2009.
Bettelheim,
Bruno, Psicoanálisis de los cuentos de
hadas, Barcelona, Crítica, 1994.
Herreros
de Tejada, Silvia, “Reescrituras de Peter Pan: el héroe en Crisis”, en Área Abierta, Nueva Época, nº2, julio 2013.
Herreros
de Tejada, Silvia, Todos crecen menos
Peter, Madrid, Ediciones Lengua de Trapo, 2009.
Hillman,
James, Pan y la pesadilla, Gerona,
Ediciones Atalanta, 2007.
Loisel,
Régis, Peter Pan, Barcelona, Glénat
España, 2009.
Muñoz
Corcuera, Alfonso, “La doble dimensión trágica de Barrie y Peter Pan”, en Belphégor: Popular Literatura and Media
Cultture, vol. X, nº 3, 2011.
Muñoz
Corcuera, Alfonso, “Peter y Pan”, en Cuadernos
de Filología Clásica. Estudios Latinos, núm. 2, 2008, pp. 145-166.
Muñoz
Corcuera, Alfonso, Barrie, Hook, and Peter Pan: Studies in Contemporary Mith;
Estudios sobre un mito contemporáneo, Newcastle, Cambridge Scholars Published,
2012.
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